lunes, octubre 10, 2005

Pensamiento de agonia


Falleces ante una ignominia dibujada, coloreada con desvelo y marcada bajo el altar de los sacrificios de almas que fueron degolladas en un profundo letargo . Es inexorable, totalmente catastrófico la unión ambigua de mundos padecientes, cayendo bajo la teocracia tenebrosa, bañada en lagrimas de sangre...
La ilación que constituía la fuerza de la relación infernal, consumida por laberintos de odio llevada a la inopia total, tal vez por inquina de seres inertes o espectros paganos que se apoderan de la situación y compilan todo deseo y necesidad, alimentando su necrofilia, alejando todo progreso existente en un destino compartido en donde lo ignoto se convierte en temible y peligroso.
Viajando por la necrópolis de nuestras almas, donde descansan cadáveres de sueños y el sol se torna tan negro como vestido de luto, nuestra abulia en decadente y nuestras palabras se vuelven rudimentarias ante nuestros pies por donde corren ríos de sangre y solo se oyen ecos de DESTRUCCIÓN, que nos llevan al purgatorio donde sentimos satisfacción del agravio y turbación del animo que suele encender el color del rostro de todos aquellos individuos liliputienses que se afanan en la separación de nuestra afición y que merecen un terrible punible sin compasión.
Mas allá de nuestra analogía, donde espíritus celestes exterminan a Luzbel en la nebulosidad de nuestros actos brotan espinas de sarcasmo y finaliza con gritos de ironía desatando una potente borrasca y nuestros anhelos se rompen en el borde del abismo en donde escuchamos nuestros ecos en un solo sonido.
Y aun caminamos juntos entre las tinieblas de lo ignoto, con trajes cuidadosamente preparados para protegerte a ti de mi futuro y mi de tu pasado y aun oímos las canciones de la oscuridad, donde levitan nuestros sueños diurnos y moran nuestros mas lívidos deseos.
Eres el horror de la noche, todo es falso, el mundo siente sus penas contempladas por ciegos cielos ebrios en fantasías donde el tiempo no es momento y la alegría se desvanece en el espacio; lo agonía de lo incansable totalmente tétrico y monocromo, convertido en estupefaciente corriendo por las venas como depravación.
La soledad que nos acompaña, mas dulce que cualquier gloria, sombría como nuestras almas, oscura como nuestra mente, caminante sin huellas entre el Cielo que toca el Infierno cruel y terrible aposento donde nuestro pudor decae ante la turbación de una divagación.
Tras lo etéreo de nuestros pensamientos convertidos en humo de sueños deliberadamente malditos adyacentes al ultimo suspiro tomando tu mano ante la inmensidad de la nada esperando no volver atrás..............

No hay comentarios.: