miércoles, marzo 07, 2007

Respuestas


Comprendí que mi corazón había dejado de latir cuando escuche tus pasos alejarse, ya no siento dolor en mis venas pero siento mi alma tan pesada como cadenas...
No tomaste mis manos cuando la daga las atravesaba solo viste la sangre correr por mi cuerpo como un río cauteloso en la furia de la montaña, tus ojos recorrían todo el camino de mi vida la cual se esfumaba en ese liquido tan particular. Ahora desperté atrapada, encerrada en un cajón con un tétrico vestido blanco ya amarillento por el tiempo.

Cuando logré atrapar mis ojos comprendí que nada es blanco ni rojo solo tierra alrededor, mis manos atemorizadas tocaban mi cuerpo físico carcomido por pequeños gusanos y entonces mi alma solo me empujaba a buscarte, quería llorar y no podía quería reír y no lo lograba, menos aun dibujar una sonrisa; quería comprender el porque mis pasos eran tan pesados y el porque aun sentía gotitas derramando de mis venas. No se cuantas horas camine no sabía ni siquiera mi ubicación solo vague entre calles vacías podridas de olores pestilentes y llena de vagabundos sin zapatos. Así que me senté a esperar a la eternidad en un banco, mi cabeza daba vueltas no dejaba de sentir un peso infernal sobre mi.

Y ahí permanecí, solo permanecí.

Mis mejillas entumecidas. el canto de los perros me desespera parece que vieran en mi la inmensidad del dolor, la grandeza de la muerte la ironía del pecado...

El sereno entraba por mis venas y solo dejaba marcas en todo aquello que tocaba, como una maldición que me acompañaría por la eternidad. Y seguía andando con una especie de roca sobre mi, haciendo mis pasos tan densos que sentía yagas en mis pies y ardor en cada uno de mis sentidos.

Luego de pasar por miles de alfombras humanas y desentrañar mi alma tratando de comprender mi situación actual tuve un encuentro con un infante que parecía ser el único que había podido fijar sus ojos en mi, su pequeño cuerpo parecía inmóvil sobre el pórtico en el que jugaba, su mirada me contuvo ansiosa, derrumbó cada paso que había dado, sin embargo me aliviaba... Y entonces decidí acercarme mientras él paralizado no apartaba su mirada de mí, fui lentamentemente hasta donde se encontraba y me senté a su lado y muy sutilmente -casi dudándolo- me dio su mano y apartó de mi por unos segundos mi gran carga y solo miramos al horizonte buscando tal vez algún reflejo. Y se paró delante de mi y sus pequeños ojos se llenaron de lágrimas que caían sobre mis pies desnudos, subió su puño frente a mi cara y cuando lo abrió dejo caer los restos de muertos insectos y colmo de llanto mi vestido, alzó sus manos y solo dijo ¡la muerte te alcanzo ya! y se levantó y echo a correr como quien huye de un feroz animal.
Y entonces todo se me vino encima, entonces desmaye y me consumió el miedo y mis gritos no alcanzaban los oídos de ninguna otra persona y mi fantasía de abrazar la muerte se había hecho realidad solo que esta vez me atragantaba la soledad y se moría mi corazón.

Vagar por tanto tiempo para encontrarte bajo mis pies tal vez en tu cielo o tal vez en mi infierno.