viernes, enero 13, 2006

Esperaba...


Esperaba, sutil noche esperaba, cerrar los ojos hasta desvanecer la realidad titilante, cantos de sueños acariciaban mis cabellos hasta tocar mis híbridos rojos labios durazno.
Sobre un espejismo arrullaba mi utópica ilustración del mañana, tan perspicaz como exaltada.
Deje que mis manos vacilaran tus cabellos y que mis lágrimas corrieran solo un rumbo, sin palabra alguna te despedía como la muerte a las rosas. La luz que danzaba en tus ojos descubría lo cristalino de tus pupilas a punto de reventar para sollozar en el alba creciente.

Calidamente nuestras manos se entrelazaron y se fueron elevando suspiros como nubes inmensas que cubrían el negro cielo de la habitación. Tu, inmensamente mi melancolía; Yo, eternamente tu adiós. Sin palabra alguna te despedías como la muerte a las rosas.
Tu imagen, tan perfectamente perfilada por el calido reflejo de lámparas dormidas sin querer escuchar promesas lejanas, cuidando su inmersa luz candela de histéricas manos que sucumban sobre si.

El pulso hipnotiza la tristeza hasta tomarla por sorpresa y derramarla sobre ambos. Es mirarte y tocarte, es dejarte y recordarte.
Tus labios pronuncian mi nombre, tus manos se deslizan en mi rostro, tus ojos cristalinos contemplan mi delirio y tu corazón reclama tiempo.

La luz mortecina de mi alma se disipa bajo el manantial de la duda, anochece en mi rostro, entre luces mi tristeza.
Ya no existen pensamientos, tomas un camino al que no llegan mis pasos.
Simplemente ya no sujetas mis manos ni rozas mis labios, simplemente nos destruimos sin consuelo al olvido.

Sinuosos Reflejos


Sinuosos reflejos danzantes en las dumas del descuido, entre miles de galaxias ondulantes sin espíritu; reflejos incautos que absorben la inmensidad del hielo.

Sinuosos reflejos que besan mi alma despiertan entre latidos, tu corazón palpita en mis manos y tu mente descansas en los olivos; no emites ningún sonido y mis lágrimas comienzan a bañar tus perforados oídos.

Sinuosos reflejos toman mi cuerpo, me trasladan de cuento en cuento, sueño con niños y muero con ancianos vuelo entre alacranes y beso sapos encorvados. Tú eres un gato en el tejado y yo la luna boca abajo, maúllas sin sentido y yo voy de lado a lado, te busco para que me hables, te busco para que me cantes, te busco para que me confieses lo que te atrae del tejado de al lado.

Sinuosos reflejos toman mis recuerdos y me agitan en un mar infinito, me ahogo por segundos y me ayudas en minutos, mi cuerpo flagelante en el brusco oleaje vinotinto mi cabello se enreda en pétalos marchitos mi respiración cesa mientras tus manos abordan mi ultimo respiro.

Sinuosos reflejos penetran mi silencio dejando mis dedos en el relieve de tu aliento, me empujan a poseerte y matizar tu futuro. Corren mis dedos en el borde de pensamientos, como un virtuoso recorrido del sol sobre valles desconocidos.

Solo permanece un segundo a mi lado para contener el aliento y soñarte por mil años y antes de marcharte besa mis labios para aspirar tu vida y desvanecerme con ella a lo lejos de tu punzante recuerdo. Lleva mis ojos en el camino de regreso para que así sinuosos reflejos guíen tus pensamientos a la aurora solitaria de mis palabras condenadas.